Un dolor que es reversible como una prenda de vestir,
Se acurruca entre mis huesos que ya no tienen piel.
Hay una almohada de plomo, donde mi cabeza calva
Fricciona ideas de tizne lúgubre que de la quema
De amargos recuerdos, me entraron por la nariz.
No sé porque el rechinar de mis dientes,
Que con tiempo de candombe, verano y rio,
Desentonan por mi tráquea que hoy trabaja doble turno
Drenando ese barullo que se funde entre mis ojos,
Y se expulsa por mis pies.
Federico Scollo.
12-03-2010. Baradero.
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